Los exámenes que permiten evaluar la condición funcional de los nervios no sólo detectan anomalías en los nervios motores, sino también los nervios sensitivos, que son los que transmiten sensaciones al cerebro. Una de las pruebas para ello es la de Potenciales Evocados Somatosensoriales (PES).
Potenciales Evocados Somatosensoriales
Es una prueba neurofisiológica que consiste en aplicar estímulos eléctricos cerca de los nervios a explorar en pies y manos. Los potenciales evocados son técnicas de registro neurofisiológico que tienen una finalidad exclusivamente diagnóstica. En este sentido, ayudan a detectar alteraciones en las vías sensoriales que pueden indicar la existencia de lesiones, así como a determinar sus causas.
Lo que la técnica de los registros de potenciales evocados da como resultado son datos objetivos, y por lo tanto concluyentes, de modo que el valor diagnóstico de la técnica es alto.
¿Para qué sirve el Estudio de Potenciales Evocados Somatosensoriales?
Una prueba de potenciales evocados somatosensoriales es un estudio para evaluar si hay una disminución en el flujo de mensajes eléctricos en el cerebro, lo que logra la detección de muchas disfunciones y anomalías derivadas de ello, como la Esclerosis Múltiple, la disfunción eréctil, la incontinencia, entre otras patologías graves.
Para explicar de forma pedagógica y sencilla la utilidad de este procedimiento, tomaremos como ejemplo didáctico la detección de la Esclerosis Múltiple, que es una enfermedad degenerativa y progresiva que va disminuyendo paulatinamente las funciones motoras más importantes para el individuo y que es probablemente la prueba más determinante, junto con la resonancia magnética, para establecer un diagnóstico definitivo de la esclerosis múltiple (EM). También es muy sensible y permite detectar cambios que aún no se han expresado en forma de síntomas.
Para el paciente, consiste en permanecer inmóvil en una silla o en una cama reclinable con electrodos en diferentes zonas del cuero cabelludo. Estos electrodos registran las ondas cerebrales o las respuestas al escuchar sonidos (potenciales evocados auditivos) u observar patrones o destellos de luz en una pantalla (potenciales evocados visuales).
También se pueden utilizar otros estímulos, como pequeñas descargas eléctricas en la piel del brazo o la pierna (potenciales sensoriales), aunque los más comunes son los potenciales visuales o auditivos mencionados anteriormente. El examen es no invasivo e indoloro.
Los gráficos que se recogen permiten evaluar el tiempo que tarda el cerebro en recibir e interpretar los mensajes. En condiciones normales, la reacción del cerebro a este tipo de estímulo debe ser inmediata, por lo que si hay un retraso en la respuesta, será causado por la desmielinización de las vías nerviosas.
En el caso de los potenciales visuales, por ejemplo, la información debe viajar desde el ojo hasta la corteza cerebral en la parte posterior del cráneo, donde es procesada e interpretada. Un retraso de sólo 10 milisegundos en esta transmisión ya indicaría daño al nervio óptico, incluso antes de que éste sea perceptible para el paciente o pueda ser detectado en un examen neurológico.
Asimismo, se puede evaluar la amplitud o intensidad de la respuesta, que dependerá del número de fibras nerviosas que no sean funcionales. Los resultados de la prueba siempre son interpretados por un neurólogo.
Esta prueba es evidencia de pérdida de mielina y es también una forma de evaluar el efecto de las lesiones observadas en la RMN, ya que no todas ellas pueden estar claramente relacionadas con un síntoma clínico.
Además, el resultado de los potenciales evocados está relacionado con el grado de discapacidad y también con el nivel de respuesta al tratamiento, por lo que tiene cierto valor pronóstico para evaluar la evolución de la EM a lo largo del tiempo.
¿Cómo se realiza un Estudio de Potenciales Evocados Somatosensoriales?
En todos los casos, se colocarán al paciente diferentes electrodos o sensores en su cuerpo (en diferentes áreas dependiendo del tipo de potencial evocado), que recogerán los impulsos o señales bioeléctricas generadas por los estímulos a los que está sometido.
Durante la realización del estudio de Potenciales Evocados Somatosensoriales el paciente debe encontrarse relajada y colaborar con las indicaciones del médico especialista. Ésta prueba suele durar aproximadamente media hora. En primer lugar, se colocará a la persona en un cómodo sillón o camilla, una vez allí, se limpiará la superficie de la piel donde se colocarán los electrodos con jabón antibacteriano u otra solución antiséptica, en este caso en brazos o piernas. Hay que recordar que los Potenciales Evocados pueden ser visuales, auditivos, cognitivos y en el caso de esta oportunidad, de tipo somatosensorial, pero el procedimiento, su preparación y mecánica, se realizan de manera muy similar a los anteriores.
¿Cómo es la recuperación del procedimiento?
Tomando en cuenta que se trata de una prueba poco invasiva, indolora y bastante sencilla, se concluye por lo tanto que el paciente no padecerá en condiciones normales de ninguna lesión ni incomodidad posteriores a la misma. Sin embargo la persona objeto de esta prueba, puede sufrir algún tipo de calambres suaves u hormigueos, esto como producto del accionar de los electrodos y en algunos casos, alguna ligera irritación en la zona donde fueron colocados, pero nada de esto constituirá ninguna afección de importancia para el paciente luego de la prueba.
¿Cuáles son los riesgos del procedimiento?
Como ya hemos apuntado, el estudio de Potenciales Evocados Somatosensoriales no supone mayores riesgos en sí misma, pues es indolora, poco invasiva y no supone mayores complicaciones. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta condiciones previas del paciente que puedan implicar algún tipo de inconveniente durante o después de esta evaluación. El médico hará los exámenes previos que se requieran para minimizar ese riesgo.
¿Cuál es el precio de un Estudio de Potenciales Evocados Somatosensoriales?
El precio de este procedimiento, puede desde luego variar según el centro de salud o el especialista que lo lleve a cabo, pero ronda en un promedio de aproximadamente $2,200.00 mxn.
Si está interesado en conocer más sobre éste procedimiento, o si le interesa agendar una consulta con el Dr. Adrián Reséndiz Rosetti, especialista en electrodiagnóstico en México, no dude en enviarnos un mensajes a través de la forma de contacto. Será un placer atenderle. Para concertar una cita con el Dr. Reséndiz, se invita cordialmente a los interesados a llenar el formulario para así brindar información oportuna antes de la misma.
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